jueves, 5 de noviembre de 2015

LA TECNOLOGÍA EN LA EDAD MEDIA




                                 CASTILLOS Y MAZMORRAS DE LA EDAD MEDIA


La edad media o medieval es el comienzo de inventos de supervivencia industria y armaduras de guerra, Después del Renacimiento del siglo XII, la Europa medieval experimentó un cambio radical en la tasa de invenciones, El período experimentó avances tecnológicos importantes, incluyendo el descubrimiento de la pólvora por los chinos, la invención de los molinos de viento verticales, gafasrelojes mecánicos y molinos de agua, técnicas de construcción como el estilo góticocastillos medievales, y mejoras en la agricultura 

La tecnología medieval se aplica a la tecnología utilizada en la Edad Media, particularmente, en la Europa bajo el dominio cristiano. Después del Renacimiento del siglo XII, la Europa medieval experimentó un cambio radical en la tasa de inventos, innovaciones en las maneras de administrar las medidas tradicionales de producción, y el crecimiento económico.1 El período experimentó avances tecnológicos importantes, incluyendo la adopción de la pólvora, la invención de los molinos de viento horizontales, gafas, relojes mecánicos y molinos de agua, técnicas de construcción (estilo gótico, castillos medieval), y mejoras en la agricultura en general (rotación de cultivos).

El desarrollo de los molinos de agua desde sus orígenes fue notable y amplio, y comprendió desde la agricultura a los aserraderos, para madera y piedra. Hacia el año 1086 cuando se publica el Libro Domesday, la mayoría de los pueblos importantes contaban con molinos rotatorios, totalizando unos 6.500 en Inglaterra. También se empleaba mucho la energía hidráulica en la minería para levantar la mena de los pozos, partir la mena y incluso para propulsar los fuelles.


Los avances técnicos europeos entre los siglos XII y XIV fueron desarrollados a partir de técnicas arraigadas en la Europa medieval, originados en antecedentes romanos y bizantinos, o adaptados de intercambios multiculturales producto de redes comerciales con el mundo islámico, China y la India. A menudo, el aspecto revolucionario no fue el acto de invención en sí mismo, sino en su refinamiento tecnológico y aplicación al poder político y económico. Aunque la pólvora había sido utilizada por los chinos durante mucho tiempo, fueron los europeos los que desarrollaron y perfeccionan su potencial militar, precipitando la expansión europea y eventualmente el imperialismo de la era moderna.


También se realizaron importantes avances en la tecnología marítima. Los avances en la construcción naval incluyeron los barcos con múltiples mástiles con velas latinas, el timón montado al codaste y la construcción del casco comenzando por el armazón. Estos desarrollos junto con nuevas técnicas naúticas como la brújula seca, la vara de Jacob y el astrolabio, permitieron el control económico y militar de todos mares adyacentes a Europa y también permitieron los logros náuticos a nivel mundial de la era de los descubrimientos que estaba naciendo.




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ALGUNOS INVENTOS REALIZADOS EN LA EDAD MEDIA


LA BALLESTA

Una ballesta es un arma impulsora, consistente en un arco montado sobre una base recta que dispara proyectiles, a menudo llamados pernos o virotes. Si bien se trata de un instrumento marcial muy antiguo, actualmente se siguen utilizando en la guerra, aunque principalmente con fines recreativos, como para el tiro al blanco y la caza.

Pese a que la denominación actual se encuentra firme, la misma sufrió diversas variaciones a lo largo del tiempo y en la diversas culturas, como en el medioevo, en que recibió muchos otros nombres en su mayoría derivados de la palabra ballista.
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LAS ARMAS DE FUEGO









Durante la Edad Media las guerras entre los señores feudales eran frecuentes. Se usaban armas como la espada y el escudo, que eran muy pesadas, y los caballeros protegían su cuerpo con armaduras de bronce o de hierro, formadas por yelmo, coraza y perneras. Comparadas con las actuales, aquellas armas eran poco efectivas, aun la catapulta que arrojaba piedras, hasta de más de cien kilos, o la ballesta que lanzaba flechas. Por eso cuando empezaron a usarse las armas de fuego causaron gran impacto e importantes efectos.

Con el transcurso del tiempo, y de los conflictos, las armas de fuego fueron evolucionando; se hicieron más ligeras, apareció la culebrina y más tarde el arcabuz, parecido al fusil. Los lombardos (habitantes de Lombardía, en Italia) crearon un cañón pesado, lento y de poco alcance. Las bombardas eran una especie de cañones primitivos, a las que se les colocaba la pólvora y luego una gran piedra. Después se le prendía fuego y al impactarse hacían enormes boquetes en los muros de los castillos. Las armas de fuego resultaron más destructivas que las medievales, y causaban gran mortandad entre los combatientes.

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                                                           DANZA MEDIEVAL







                           CARACTERISTICAS DEL CABALLERO MEDIEVAL

Los ideales de un caballero medievaL son:

Valor: Los caballeros deben soportar sacrificios personales para servir los ideales y a las personas necesitadas. Esto implica el elegir mantener verdad a toda costa. El valor no significa ser estúpido arrogante, sino tener voluntad de hacer lo correcto. Estos personajes tenían un gran valor, capaces de pelear con gran coraje contra seres superiores que mantenían a las personas de los pueblos aterrorizados. Los caballeros eran capaces de enfrentarse a personas con mayor habilidad para luchar, sin medir consecuencias.Por ejemplo: En la toma de Valencia Pedro Bermúdez, Alvarez Fañez y Muñoz Guztos luchan heroicamente contra un ejército mucho mayor que ellos.

Defensa: Los caballeros juraban cuando eran ascendidas, defender a sus señores y señoras, a sus familias, a su nación, a las viudas y a los huérfanos, y a la Iglesia. En la defensa de estos ideales e individuos.

Fe: Los caballeros que tenían una fuerte fe en Dios les permitía llevar a cabo toda una vida de sacrificios y tentaciones, dándoles raíces y esperanza fuertes contra los malvados del mundo. Por ejemplo: El Cid siempre antes de una batalla, la encomendaba a Dios y sabía que de Él dependía la suerte del éxito.

Humildad: Los caballeros humildes eran los primeros en decir a las otras personas cuando llevaban a cabo hechos de gran heroicidad, dándoles el honor que merecen de sus buenos hechos. Y dejando o otros que los feliciten por sus propios hechos y estos los ofrece a Dios. Esta es una de las características más sobresalientes de un caballero.Por ejemplo: El Cid siempre atribuía el éxito de las batallas al coraje de sus soldados y repartía proporcionalmente las riquezas ganadas.

Justicia: Para los caballeros era muy importante buscar la verdad sobre todo, los caballeros no buscaban su beneficio personal. La justicia sin templar por misericordia puede traer pena, sin embargo. La justicia buscada por los caballeros sin la flexión a la tentación era la utilizada por ellos. Por ejemplo: El Cid bien pudo haber matado a los infantes de Carrión pero prefirió que se hiciera un juicio y castigarles justamente.

Generosidad: La generosidad era una característica de un caballero. Para contradecir la debilidad de la avaricia, los caballeros eran tan abundantes como sus recursos permitirían. Un caballero generoso puede recorrer mejor la línea entre la misericordia y la justicia fría.Por ejemplo: El Cid repartía los bienes de las batallas ganadas y además era generoso con los enemigos derrotados como el conde Berenguer.

Templanza: El caballero debía estar acostumbrado a comer y beber con moderación. Además el caballero debe ser moderado con sus riquezas, esto no significaba abstenerse de ellas sino, no utilizarlas vanamente. Sin templanza no se podía mantener el honor de la caballería. El caballero debía contenerse de sus apetitos sexuales.

Lealtad: Los buenos caballeros juraban defender fervientemente sus ideales, a la Iglesia y a sus señores, ellos darían su vida por defenderlos. Por ejemplo: El Cid bien pudo haber luchado contra el rey Alfonso y derrotarlo, pero él le era fiel y cumplió sus órdenes de destierro.

Nobleza: La nobleza es el principio de la cortesía. Y los caballeros debían así ser corteses, honrados, estimables, generosos e ilustres equitativos a todos mientras que desarrollaron y mantuvieran un carácter noble con los ideales de la caballería. Un caballero es por siempre un ejemplo a seguir

Los caballeros también poseían mandamientos inquebrantables:

Creeréis en todo lo que la Santa Iglesia enseñe y observaréis todos sus mandamientos.
Protegeréis a la Santa Iglesia.
Tendréis respeto por sus debilidades, las defenderás.
Amaréis el país en que nacisteis.
No retrocederéis ante el enemigo.
Haréis a los infieles una guerra sin cuarteles.
Cumpliréis vuestros deberes feudales si no contradice la ley de Dios.
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No mentiréis y seréis fiel a vuestra palabra.
Seréis generoso.
Mantendréis el bien frente a la injusticia y el mal.          






LA MUJER EN LA EDAD MEDIA.
Sociedad y literatura.
La intención de este trabajo es dar a conocer el trato dado a la figura de la mujer, tanto en literatura como en la sociedad.
La elección de este tema viene dada por la imagen que se da del sexo femenino en la Edad Media.
Para comenzar el trabajo haré una introducción a la época medieval, al que seguirán, la situación de la mujer durante esta etapa. Como final incluiré una lista de mujeres relevantes.
INTRODUCCIÓN.
Edad media es un término utilizado para referirse a un periodo de la historia que transcurrió desde la desintegración del Imperio romano de Occidente, en el siglo V, hasta el siglo XV. No obstante, las fechas anteriores no han de ser tomadas como referencias fijas: nunca ha existido una brusca ruptura en el desarrollo cultural del continente. Parece que el término lo empleó por vez primera el historiador Flavio Biondo de Forli, en su obra Historiarum ab inclinatione romanorun imperii decades (Décadas de historia desde la decadencia del Imperio romano), publicada en 1438 aunque fue escrita treinta años antes. El término implicó en su origen una parálisis del progreso, considerando que la edad media fue un periodo de estancamiento cultural, ubicado cronológicamente entre la gloria de la antigüedad clásica y el renacimiento. La investigación actual tiende, no obstante, a reconocer este periodo como uno más de los que constituyen la evolución histórica europea, con sus propios procesos críticos y de desarrollo. Se divide generalmente la edad media en tres épocas.
Ningún evento concreto determina el fin de la antigüedad y el inicio de la edad media: ni el saqueo de Roma por los godos dirigidos por Alarico I en el 410, ni el derrocamiento de Rómulo Augústulo (último emperador romano de Occidente) fueron sucesos que sus contemporáneos consideraran iniciadores de una nueva época.
La culminación a finales del siglo V de una serie de procesos de larga duración, entre ellos la grave dislocación económica y las invasiones y asentamiento de los pueblos germanos en el Imperio romano, hizo cambiar la faz de Europa. Durante los siguientes 300 años Europa occidental mantuvo una cultura primitiva aunque instalada sobre la compleja y elaborada cultura del Imperio romano, que nunca llegó a perderse u olvidarse por completo.
Durante este periodo no existió realmente una maquinaria de gobierno unitaria en las distintas entidades políticas, aunque la poco sólida confederación de tribus permitió la formación de reinos. El desarrollo político y económico era fundamentalmente local y el comercio regular desapareció casi por completo, aunque la economía monetaria nunca dejó de existir de forma absoluta. En la culminación de un proceso iniciado durante el Imperio romano, los campesinos comenzaron a ligarse a la tierra y a depender de los grandes propietarios para obtener su protección y una rudimentaria administración de justicia, en lo que constituyó el germen del régimen señorial. Los principales vínculos entre la aristocracia guerrera fueron los lazos de parentesco aunque también empezaron a surgir las relaciones feudales. Se ha considerado que estos vínculos (que relacionaron la tierra con prestaciones militares y otros servicios) tienen su origen en la antigua relación romana entre patrón y cliente.
La única institución europea con carácter universal fue la Iglesia, pero incluso en ella se había producido una fragmentación de la autoridad. Todo el poder en el seno de la jerarquía eclesiástica estaba en las manos de los obispos de cada región. El Papa tenía un cierto privilegio basado en el hecho de ser sucesor de san Pedro. No obstante, la elaborada maquinaria del gobierno eclesiástico y la idea de una Iglesia encabezada por el Papa no se desarrollarían hasta pasados 500 años.
En el seno de la Iglesia hubo tendencias que aspiraban a unificar los rituales, el calendario y las reglas monásticas, opuestas a la desintegración y al desarrollo local. Al lado de estas medidas administrativas se conservaba la tradición cultural del Imperio romano. En el siglo IX, la llegada al poder de la dinastía Carolingia supuso el inicio de una nueva unidad europea basada en el legado romano, puesto que el poder político del emperador Carlomagno dependió de reformas administrativas en las que utilizó materiales, métodos y objetivos del extinto mundo romano.
La actividad cultural durante los inicios de la edad media consistió principalmente en la conservación y sistematización del conocimiento del pasado y se copiaron y comentaron las obras de autores clásicos. Se escribieron obras enciclopédicas, como las Etimologías (623) de sanIsidoro de Sevilla, en las que su autor pretendía compilar todo el conocimiento de la humanidad. En el centro de cualquier actividad docta estaba la Biblia: todo aprendizaje secular llegó a ser considerado como una mera preparación para la comprensión del Libro Sagrado.
Esta primera etapa de la Edad Media se cierra en el siglo X con las segundas migraciones germánicas e invasiones protagonizadas por los vikingos procedentes del norte y por los magiares de las estepas asiáticas, y la debilidad de todas las fuerzas integradoras y de expansión europeas al desintegrarse el Imperio Carolingio. La violencia y dislocación que sufrió Europa motivaron que las tierras se quedaran sin cultivar, la población disminuyera y los monasterios se convirtieran en los únicos baluartes de la civilización.
Hacia mediados del siglo XI Europa se encontraba en un periodo de evolución desconocido hasta ese momento, era la Alta Edad Media. La época de las grandes invasiones había llegado a su fin y el continente europeo experimentaba el crecimiento dinámico de una población ya asentada. Renacieron la vida urbana y el comercio regular a gran escala y se desarrolló una sociedad y cultura que fueron complejas, dinámicas e innovadoras. Este periodo se ha convertido en centro de atención de la moderna investigación y se le ha dado en llamar el renacimiento del siglo XII.
Durante la Alta Edad Media la Iglesia católica, organizada en torno a una estructurada jerarquía con el Papa como indiscutida cúspide, constituyó la más sofisticada institución de gobierno en Europa occidental. El Papado no sólo ejerció un control directo sobre el dominio de las tierras del centro y norte de Italia sino que además lo tuvo sobre toda Europa gracias a la diplomacia y a la administración de justicia (en este caso mediante el extenso sistema de tribunales eclesiásticos).
Los antiguos monasterios benedictinos se imbricaron en la red de alianzas feudales. Los miembros de las nuevas órdenes monásticas, como los cistercienses, desecaron zonas pantanosas y limpiaron bosques; otras, como los franciscanos, entregados voluntariamente a la pobreza, pronto empezaron a participar en la renacida vida urbana. La Iglesia ya no se vería más como una ciudad espiritual en el exilio terrenal, sino como el centro de la existencia. La espiritualidad alto-medieval adoptó un carácter individual, centrada ritualmente en el sacramento de la eucaristía y en la identificación subjetiva y emocional del creyente con el sufrimiento humano de Cristo. La creciente importancia del culto a la Virgen María, actitud desconocida en la Iglesia hasta este momento, tenia el mismo carácter emotivo.
Dentro del ámbito cultural, hubo un resurgimiento intelectual al prosperar nuevas instituciones educativas como las escuelas catedralicias y monásticas. Se fundaron las primeras universidades, se ofertaron graduaciones superiores en medicina, derecho y teología, ámbitos en los que fue intensa la investigación: se recuperaron y tradujeron escritos médicos de la antigüedad, muchos de los cuales habían sobrevivido gracias a los eruditos árabes y se sistematizó, comentó e investigó la evolución tanto del Derecho canónico como del civil, especialmente en la famosa Universidad de Bolonia. Esta labor tuvo gran influencia en el desarrollo de nuevas metodologías que fructificarían en todos los campos de estudio. El escolasticismo se popularizó, se estudiaron los escritos de la Iglesia, se analizaron las doctrinas teológicas y las prácticas religiosas y se discutieron las cuestiones problemáticas de la tradición cristiana. El siglo XII, por tanto, dio paso a una época dorada de la filosofía en Occidente.
También se produjeron innovaciones en el campo de las artes creativas. La escritura dejó de ser una actividad exclusiva del clero y el resultado fue el florecimiento de una nueva literatura, tanto en latín como, por primera vez, en lenguas vernáculas. Estos nuevos textos estaban destinadas a un público letrado que poseía educación y tiempo libre para leer. Aparecen temas como el del amor cortes. La lírica amorosa, el romance cortesano y la nueva modalidad de textos históricos expresaban la nueva complejidad de la vida y el compromiso con el mundo secular. En el campo de la pintura se prestó una atención sin precedentes a la representación de emociones extremas, a la vida cotidiana y al mundo de la naturaleza. En la arquitectura, el románico alcanzó su perfección con la edificación de incontables catedrales a lo largo de rutas de peregrinación en el sur de Francia y en España, especialmente el Camino de Santiago, incluso cuando ya comenzaba a abrirse paso el estilo gótico que en los siguientes siglos se convertiría en el estilo artístico predominante.
Si la Alta Edad Media estuvo caracterizada por la consecución de la unidad institucional y una síntesis intelectual, la Baja Edad Media estuvo marcada por los conflictos y la disolución de dicha unidad. Fue entonces cuando empezó a surgir el Estado moderno —aún cuando éste en ocasiones no era más que un incipiente sentimiento nacional— y la lucha por la hegemonía entre la Iglesia y el Estado se convirtió en un rasgo permanente de la historia de Europa durante algunos siglos posteriores. Pueblos y ciudades continuaron creciendo en tamaño y prosperidad y comenzaron la lucha por la autonomía política. Este conflicto urbano se convirtió además en una lucha interna en la que los diversos grupos sociales quisieron imponer sus respectivos intereses.
Aunque este desarrollo filosófico fue importante, la espiritualidad de la Baja Edad Media fue el auténtico indicador de la turbulencia social y cultural de la época. Esta espiritualidad estuvo caracterizada por una intensa búsqueda de la experiencia directa con Dios, bien a través del éxtasis personal de la iluminación mística, o bien mediante el examen personal de la palabra de Dios en la Biblia. En ambos casos, la Iglesia orgánica no estuvo en disposición de combatir ni de prescindir de este fenómeno.
Toda la población podía disfrutar potencialmente una experiencia mística. Concebida ésta como un don divino de carácter personal, resultaba totalmente independiente del rango social o del nivel de educación pues era indescriptible, irracional y privada.
Por otro lado, la lectura devocional de la Biblia produjo una percepción de la Iglesia como institución marcadamente diferente a la de anteriores épocas en las que se la consideraba como algo omnipresente y ligado a los asuntos terrenales. Cristo y los apóstoles representaban una imagen de radical sencillez y al tomar la vida de Cristo como modelo de imitación, hubo personas que comenzaron a organizarse en comunidades apostólicas.
En muchos casos estos movimientos adoptaron una postura apocalíptica o mesiánica, en particular entre los sectores más desprotegidos de las ciudades bajo-medievales, que vivían en una situación muy difícil.
Tras la aparición catastrófica de la peste negra, en la década de 1340, que acabó con la vida de una cuarta parte de la población europea, bandas de penitentes, flagelantes y de seguidores de nuevos mesías recorrieron toda Europa, preparándose para la llegada de la nueva época apostólica.
Esta situación de agitación e innovación espiritual desembocaría en la Reforma protestante; las nuevas identidades políticas conducirían al triunfo del Estado nacional moderno y la continua expansión económica y mercantil puso las bases para la transformación revolucionaria de la economía europea.
LA MUJER EN LA EDAD MEDIA
  • MUJER EN LA SOCIEDAD
  • La educación.
Mujeres en la Edad Media
Al principio era un campo destinado solamente a los hombres, ya que ser clérigo, era condición indispensable para acceder a la cultura. Las monjas recibían en sus conventos, una educación muy completa, que incluía latín y griego.
En la segunda mitad del siglo XIII, había en París una escuela femenina. En otras zonas ya se daban escuelas, que aceptaban tanto niños como niñas.
Pero en lo referente a la educación, las mujeres dejaban el colegio al acabar primaria, mientras que los varones podían continuar.
  • El amor.
Mujeres en la Edad Media
Había tres tipos de damas, las que querían “escuchar” el amor, las que se negaban a “escucharlo” y las que sólo se dedicaban a lo sexual. Estas últimas, eran repudiadas y abandonadas a su suerte.
La primera norma del amor, era la generosidad, tanto moral como espiritual. El hombre no era celoso, pero no amaba. Se podían querer sin casarse, pero se debía mantener en secreto; porque un amor fácil era feo.
Más normas amorosas, se expresaban en las Cortes de Amor, que eran tribunales, donde se sometían a juicio la relación de una pareja. En estas audiencias, las mujeres eran los jueces.
  • El matrimonio.
Mujeres en la Edad Media
Hasta el siglo XII el matrimonio no se impuso como sacramento. El casamiento supuso una gran mejora para la mujer, ya que se prohibió el divorcio y que se pudiesen repudiar.
Con esto se consigue cierta igualdad con el varón, además, la Iglesia empezó a santificar a algunas mujeres casadas.
Los bienes del matrimonio, eran administrados por el marido, lo que sólo provocó problemas en las clases altas.
En Florencia, cuando la mujer se quedaba viuda se volvía con su familia, para poder establecer lazos con otra dinastía.
En Valencia, la familia de la mujer, podía reclamar a la familia del cónyuge la dote, si no había habido descendencia. Si enviudaba la mujer conseguía su propia autonomía.
Mientras que en las regiones donde se imponía el sistema de primogenitura, la viuda debía de acudir a un convento, donde también tenía que llevar una asignación.
  • Labores.
El trabajo estaba destinado para todos aquellos que no guerreaban, ni rezaban.
Al estar una sociedad básicamente rural, la mujer ayudaba en las faenas del campo, con el resto de su familia. Así como colaborar con su marido en las labores de su trabajo.
Si la mujer abandonaba a su familia para trabajar por su cuenta, solía ser como criada. Dentro de este trabajo había distintas clases:
  • las damas de honor de la nobleza
  • Las sirvientas que eran el juguete sexual de sus amos. Éstas trabajarían en los peores trabajos, llevarían las ropas más humildes y comerían las sobras.
  • Las esclavas, que eran fruto del comercio humano que se da a lo largo de toda la época medieval. Con preferencia entre las mujeres orientales o blancas.
Había trabajos destinados especialmente a las mujeres como eran el hilado, que debían ser desencantados antes, o el horneado. Poseía un sueldo menor al del hombre.
Las muchachas se iniciaban en el trabajo entre los 6 y 13 años.
  • Ama de casa.
La mujer era el núcleo de la pareja y de la casa. La mujer común se dedicaba a hacer las tareas del hogar, y tanto las nobles, como las plebeyas, se encargaban de la educación de los hijos.
  • La prostitución.
Mujeres en la Edad Media
En el siglo XIII, la Iglesia inició una dura persecución de las prostitutas.
En el XIV y XV, algunos clérigos llegaron a decir, que los pecados carnales eran menores por venir por naturaleza.
Otros decían que como no sacaba placer de su trabajo, si no una recompensa monetaria, estaba libre de pecado.
Desde ese momento la prostitución es un servicio público, que algunos ven, como medicina, para “males”, como la homosexualidad o la violencia entra hombres y mujeres.
La prostituta abandona la clandestinidad y la marginación.
En la crisis de finales del siglo XV, al afectar a las capas más pobres de la sociedad, se dará un aumento de esta profesión.
  • Feminidad.
Había ungüentos y cremas de todos los tipos, como de manteca de cerdo, leche de almendra o aceite de oliva.
El ideal de belleza, era la mujer de cabello rubio y rizado, de piel clara, con nariz recta y fina, una silueta esbelta y con caderas flexibles.
La ropa de la mujer en la Edad Media se componía, en un principio, de dos vestidos, una capa y una cofia; más tarde aparecerá una nueva prenda como es la camisa de lino. Los zapatos tenían las puntas retorcidas.
Si era soltera llevaba la corona virginal, que era una corona de flores, mientras que si era casada, debía de llevar el pelo cubierto con un velo.
En la mitad de la Edad Media, los colores toman el mando y dividen el cuerpo en dos y de forma longitudinal, era un traje mitad y mitad.
Ya al final de este período lleva cola, largas y ajustadas mangas y en la cabeza un hennin.
  • La Iglesia.
Para la Iglesia la mujer era inferior al hombre desde la creación de la raza humana y por lo tanto, era menor espiritualmente.
La Iglesia exaltará en todos los sermones la virginidad, ya que se valoraba la renuncia al matrimonio carnal, para unirse con Dios.
Por esto, un buen número de mujeres se unieron a conventos buscando, de esta forma, no volver con la familia.
  • Nuevo tipo de mujer: la religiosa.
Con lo anterior citado (ver La Iglesia) la mujer comienza a llenar los conventos, ya fuese por voluntad propia, al enviudar o por ser entregadas por su familia.
Las reglas que tenían, eran todo renuncia, no se podía conservar nada y predicaban el amor absoluto.
Trabajaban hilando, en la cocina, aprendían letras y debían leer dos horas diarias como mínimo. Sólo podían hablar lo necesario... no podían hablar con hombres, ni comer antes las horas fijadas.
Las mujeres que entraron en las ordenes religiosas destacaron en la literatura mística, que reclamaban el derecho a amar a Dios y ser amadas por Él, del mismo modo. Todas las reclamaciones que hicieron, provocaron que muchas mujeres acabasen en la hoguera por la Inquisición.
    • LA MUJER EN LA LITERATURA.
Acercarse a la literatura medieval es vislumbrar, desde un primer momento, un problema de género no sólo literario, sino que principalmente, un problema de imagen genérica sexual. Arquetípica, la imagen femenina dentro de los textos medievales tiene un rol pasivo en comparación a la exaltación masculina dentro de la literatura épica, por ejemplo.
Escindida, fragmentada y contradictoria, la imagen femenina se vio condicionada por el discurso clerical, es decir, el discurso masculino de quienes detentaban el poder de la palabra, de la cultura y de la tradición. Diabólico por esencia, el género femenino durante el medioevo no tuvo oportunidad de reconocerse como un auténtico otro; siempre, y en grados diferentes según regiones y épocas, dependió del universo masculino para justificar su existencia.
Agrupadas por su género, para el universo masculino no existían diferencias determinantes entre unas y otras; todas llevaban la maldición de Eva.
Milagrosa fue también la aparición del culto mariano. Despreciada, la figura de María durmió en el imaginario hasta el siglo XI. Antes del año mil su presencia en las sagradas escrituras estuvo relegada a un olvido intencionado. Pero la imagen de María fue vinculada más que a redentora y salvadora, hacia su divina gracia de Madre-virgen.
  • La mujer en la literatura medieval:
La literatura épico-legendaria, es un género masculino por excelencia, así como los temas que trata (venganza, guerra...), por lo que no debe extrañar que los protagonistas sean hombres.
Pero las mujeres aquí son imprescindibles, ya que a través de ellas, el héroe inicia o transmite su linaje. Así que en ellas se da mucha importancia al matrimonio.
En el caso del Poema del Mio Cid, con el destierro, no solo pierde el dominio sobre su tierra, también sobre sus hijas, así que con los regalos que envía al Rey, no solo pretende recuperar su amistad, si no también la custodia de sus hijas. Con ellas vuelve a poder continuar su cuna.
El modelo de mujer que es Jimena, muestra la sumisión, ya que acepta todo lo que le pide su “señor”, es piadosa y cuida a sus hijos, como a él le gustaría.
Este sometimiento de madre e hijas, se ve cuando estas últimas, aceptan con agrado y alegría, sus bodas con los infantes de Navarra y Aragón. Con este enlace Doña Elvira y Doña Sol, se alzan a la nobleza.
En conclusión en estos textos las mujeres toman peso, pero solamente por lo que le pueden dar al marido y no por lo que son.

PINTURA EN LA EDAD MEDIA

Durante la Edad media la sociedad poseía un marcadísimo carácter teocéntrico, lo que se vio plasmado en el arte de la época. El arte pictórico, al igual que las demás manifestaciones artísticas tenían como temas principales los de tipo religioso, cristiano. Se buscaba plasmar una belleza sensible dada por las formas, colores, composición, etc., y otra belleza invisible dada por el simbolismo. El arte se entendía como abstracción y manifestación de belleza divina, donde los rasgos no están del todo definidos, no asiéndose semejantes a la realidad sino una esquematización de ésta presentada como símbolo. Estaba basada en formas geométricas, se observa un marcado geometrísmo y esquematización, lo que contrastaba con la herencia de la Antigüedad clásica. Las composiciones no son realistas, carecen de proporcionalidad y perspectiva. 

Algunas pinturas medievales son: 
VIRGEN RODEADA DE LOS SANTOS
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LA BALLESTA








VVIRGEN CON EL NIÑO


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EL DEPORTE EN LA EDAD MEDIA

El tipo de ejercicios practicados basta para probar que no hay que ver, en los juegos de la Edad Media, una reminiscencia de los juegos de Grecia. El atletismo, deporte esencial de Grecia, es desconocido en la Edad Media, que se dedicará, sobre todo, a los juegos de pelota —la palma y la soule— y también a la lucha.

LA PALMA

La palma se ha jugado de distintas maneras, casi siempre según la disposición de los emplazamientos en donde se podía jugar, y se ha transformado con el perfeccionamiento del material utilizado por los jugadores. El terreno se dividía en dos campos de desiguales dimensiones o que comportan dificultades diferentes; uno, por consiguiente, más ventajoso que el otro. El equipo que ocupa el campo más difícil no podrá cambiar de campo hasta haber obtenido una o dos cazas, es decir, cuando haya logrado enviar la pelota a un punto determinado o cuando el adversario haya fallado la recepción de la pelota en ciertas condiciones. La láctica consistirá, pues, para unos en conservar el mejor campo; para los otros en pasar a él. En el exterior los dos campos estaban separados solamente por una línea trazada en el suelo.

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LA SOULE
Como la palma, la soule se jugaba de distintas maneras, pero jamás se unificaron sus reglas, ni tan sólo en lo que concierne a las dimensiones del terreno o en el número de jugadores que componen un equipo, pues en el curso del juego no era cuestión de frenar el ardor de los adversarios. La soule del otro equipo, la llevaba roja. Allí Ronsard, que estaba en el equipo del rey, lo hizo tan bien, que Su Majestad dijo en voz alta que él había sido la causa de la ganancia obtenida en la victoria». Por su parte, el poeta no ha dejado de celebrar la habilidad deportiva de su real compañero en su himno De Henri deuxiesme.
La soule, que había sido practicada desde principios del siglo XII, decayó al mismo tiempo que la palma; tradiciones locales la mantuvieron en Bretaña y en Picardía hasta el siglo XIX. Puede ser considerada como predecesora del rugby y del fútbol.

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LA LUCHA

La lucha también gustaba a todos. No se podía golpear al adversario por debajo de la cintura. No se celebraba ninguna fiesta bretona sin un torneo de lucha, y los campeones de esa región gozaban de un justo renombre. Los gentilhombres no despreciaban poner a prueba su suerte; se cuenta que Bertrand Du Guesclin, cuando sólo tenía diecisiete años, una tía suya lo había llevado a la iglesia mientras se desarrollaba un torneo en la población; pudo escapar el joven de la vigilancia de la dama, absorta en sus oraciones, y conseguir así la primera de una serie de victorias. Los reyes y los señores mantenían, con estipendios, luchadores que los seguían en sus desplazamientos y se enfrentaban a los representantes de sus huéspedes. En el curso de la entrevista de Camp du Drap d'Or, Enrique VIII, orgulloso de su corpulencia, propuso a Francisco I medirse con él en la lucha. Francisco I logró derribar a su adversario y los consejeros creyeron preferible interrumpir una pelea cuya oportunidad diplomática les parecía dudosa.